Se basa en la noción que la práctica ayuda a los niños a dominar un tema determinado. Se trata de una terapia estructurada que emplea un método de instrucción uno a uno y que comprende un aprendizaje intensivo de comportamientos específicos. Este aprendizaje intensivo de un comportamiento específico se llama “instrucción por repetición”. Estas prácticas refuerzan el aprendizaje porque emplean la repetición. El niño cumple una tarea muchas veces del mismo modo (usualmente 5 veces o más). La repetición es particularmente importante para aquellos niños que necesiten muchísima práctica para llegar a dominar una habilidad determinada. La repetición también fortalece la memoria de largo plazo. Los comportamientos específicos (el contacto visual, la atención enfocada y el aprendizaje de expresiones del rostro) se reducen a los pasos más básicos, y después, se inducen y se guían metódicamente. Los niños reciben un refuerzo positivo (por ejemplo: un choque de manos, un elogio verbal, o fichas que puedan cambiarse por juguetes) como recompensa por haber producido estos comportamientos.
Por ejemplo, un terapeuta y un niño están sentados en una mesa, y el terapeuta anima al niño a prestarle atención diciéndole, “Mírame”. El niño mira al terapeuta, y el terapeuta le premia con un choque de manos.
martes, 1 de septiembre de 2015
La enseñanza (o Entrenamiento) con pruebas discretas
martes, septiembre 01, 2015
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